Dentro de una Guadalajara muy moderna, existe una fabulosa conjugación de nuestro pasado con el presente, Guadalajara nos demuestra con orgullo las partes que han subsistido al paso de los años y malos gobiernos que han puesto sus manos sobre ella.
En ésta bella ciudad hay lugares donde el tiempo no ha podido hacer de las suyas, unos de ésos lugares son: “El Panteón de Belén” y “El Panteón de Mezquitán”, lugares donde el tiempo quedó para siempre suspendido en el aire, dos grandes máquinas del tiempo, que nos dan una cara del pasado como si estuviésemos mirándolo por ventanas, son aquellas ventanas donde nos asomamos y observamos lo que fue e hizo una sociedad, una sociedad que fue compuesta por hombres y mujeres que no fueron nada diferentes a nosotros en la actualidad
Éstos lugares aparte de llevarnos al pasado, nos recuerda que el hombre solo viene de paso por éste mundo y que esto nunca cambiará, por que el hombre no se llevará nada, cuando sea llamado ante la presencia divina de Dios, nos recuerdan también que la muerte no distingue raza ni clases, a todos nos va a llegar, por mucho que la queramos evitar.
A principios del siglo XIX al igual que siglos posteriores, dentro de los mismos templos, se acostumbraba a sepultar a las personas, sobre todo a las persopnas de altos recursos, todo esto nos lo comenta Salvador Jiménez en capítulo llamado “Los cementerios de Guadalajara 1542-1896” en Vida y muerte entre la ciudad y sus barrios, El panteón de Mezquitán en su centenario, los cementerios y las iglesias eran un espacio en común, aunque éste autor nos deja bien claro sobre la órden de que ya no se enterrásen ya difuntos dentro de las iglesias, esa órden que se expidió en el concilio de Rouen en el año de 1581, aunque el autor comenta que los esfuerzos eran vanos por que la gente seguía cometiendo dicha costumbre.
Había en las iglesias lugares donde descansan familias completas, yo creo que esto jamás se iba a erradicar, ya que es una costumbre milenaria, es una costumbre que se reforzó demasiado nuevamente a sabiendas de que ya no podía hacerse esto, la obediencia fue nula.
Salvador jiménez tambien nos dice en su texto un poco sobre los templos que tenían su popio cementerio anexo algunas parroquias, el autor menciona El templo del Carmen, el Dulce Nombre de Jesús, San Juan de Dios, entre otros solo por mencionar algunos, nos comenta que éstas iglesias tenian un cementrio anexo y estaba en funcionamiento.
A mi punto de vista, éstas necropolis se crearon para que las personas ya no se enterraran más dentro de las iglesias, esto tambien cubrió las necesidades durante las pestes, pero pues la problemática de la ciudad estaba en la cuestiones insalubres, se necesitaba la creación del un cementerio a las afueras de la ciudad.
Por eso mismo el gobierno de Jalico ya estando en sus primeros pasos como estado libre y soberano, lanzó un proyecto (estando bajo la gubernatura Juan Nepomuceno Cumplido) fue un proyecto que no se materializó, y tampoco los sucesores de Cumplido lo pudieron realizar.
Debido a las completas fallas del gobierno, el asunto fue tomado por las autoridades eclesíasticas, creando el camposanto de Nuestra Señora de Los Ángeles que se abrió en el año de 1829, y fue edificado por el Padre Híjar y otros religiosos Franciscanos que lo administraron.
Antes de continuar con mi redacción quiero dejar en claro que por el momento no es mi deber dar una explicasión total sobre la situación ya que solo es un estado de la cuestión y solo estoy dando a conocer las fuentes en las cuales me documento sobre mi tema que pienso desarrollar en un futuro no muy lejano.
El panteón de Nuestra señora de los Ángeles duró 100 años en servicio, fue derribado completamente en la década del 20 del siglo pasado, estando como gobernador del estado de Jalisco; José Guadalupe Zuno Hernández.
Salvador Jiménez no da mucha información sobre los cortejos fúnebres que se realizaron durante la época, pero si nos describe un poco sobre el cementerio de Nuestra señora de Los Ángeles que al igual el de Belén éstos cementerios son auténticos parques escultóricos, y que éstos deberían de ser preservados celosamente para su conservación y asi sean admirados por generaciones venideras.
muy interesante el tema elegido, resulta fascinate el como la sociedad ha resuleto el asunto de sus difuntos, dónde y cómo sepúltarlos, me agrada esa manera con la cual nos transportas a una época donde se originan las historias de esos sitios que hoy descubrimos con tanta admiración por la belleza y el misterio que aun conservan, …..esperare con ansia el resultado de las investigaciones que inicies al respecto en el futuro